¿Cuántas veces ni siquiera has intentado hacer algo solo porque alguien te ha dicho “eso es imposible”?
La palabra «posible» viene del latín possibilis y significa «capacidad de poder».
Sus componentes léxicos son: posse (poder), más el sufijo -ible (que puede), es decir “el que puede hacerlo”.
Que sea posible o imposible sólo depende de ti, no de la circunstancia y menos de las personas que, a veces, con la intención de ayudar no hacen si no boicotear nuestros sueños y objetivos.
El poder de lo imposible
Seguramente hayas visto o hayas oído hablar de la película “Viven”, está inspirada en una historia real de un equipo de rugby uruguayo cuyo avión se estrelló en los Andes e incluso tuvieron que recurrir al canibalismo para sobrevivir.
Uno de los supervivientes reales de la catástrofe es Nando Parrado, que después de aquello ha dado varias conferencias al respecto y cuenta la historia de que cuando, por fin alcanzaron un puesto de socorro tras caminar por días en la montaña y le pidieron que señalara en un mapa dónde se encontraba la aeronave estrellada, al indicar dónde era, el encargado del rescate le dijo “eso es imposible, no habéis podido caminar desde allí hasta aquí” a lo que Nando le respondió “lo hicimos porque no sabíamos que era imposible”.
Y es que tendemos a confundir el término Imposible con el término Improbable.
Es decir, distinguir lo que no se puede hacer de lo que es poco probable que hagamos o que suceda.
Sabemos que la lotería toca a algunas personas, lo hemos visto en las noticias o sabemos de alguien, normalmente no próximo, al que le ha tocado, pero es improbable que te toque a ti. O lo que es lo mismo, hay pocas posibilidades o probabilidades de que seas el agraciado. Pero entras dentro del universo de posibilidades de que pudieses ser tu.
Ahora, las posibilidades se reducen aun mas si no compras el boleto o si lo compras y ni siquiera lo compruebas tras el sorteo.
En la mayoría de las veces, en nuestra vida cotidiana sucede lo mismo.
Ni siquiera intentamos las cosas, por lo que las posibilidades de que no se alcance el objetivo se reducen aún mas. ¿Es imposible que un cliente contrate tus servicios si no te conoce? No, puede suceder, pero es menos probable que lo haga.
¿Puedes conocer al hombre/mujer de tu vida si no lo buscas? ¿Te garantiza el buscarlo que lo vayas a encontrar? No, pero tendrás muchas más probabilidades de hacerlo si te mueves en el entorno adecuado y sobre todo si tienes claro como es esa pareja que deseas.
Metas y objetivos
No hay diferencias en ninguna meta u objetivo. Normalmente creemos que nuestros sueños son nuestros objetivos, y hay que saber también diferenciarlos.
Un sueño no requiere acción, sólo deseo. “Mi sueño es tener una casa en la playa con unas vistas fantásticas y piscina propia”. Ok amigo, pero ¿qué estás haciendo para poder tener esa casa? ¿Cuáles son las acciones que te están acercando más a conseguirlo?
¿Cómo estás incrementando las posibilidades/probabilidades de que la “balanza” se incline a tu favor? Esa es la clave, la “magia” de la acción. Precedida de la claridad en la definición.
A mí me gusta decir que “los sueños no pagan facturas”. Y esos sueños son “sueños” porque continuamos dormidos, continuamos pensando que no importa lo que hagamos si no lo que nos sucede cuando es, totalmente, al contrario.
Suceda lo que suceda eres tú el que tienes la opción de actuar de una u otra manera, de tomar un camino u otro. De dejarlo en el cajón de lo “Imposible” o de apostar por lo “Improbable” para hacerlo “Posible”.
Resumiendo, Una cosa está clara, todo aquello que ni siquiera intentes no se materializará. El gran Michael Jordan dice “fallo el 100% de los lanzamientos que no intento”.
¿Te atreves a lanzar tú ese tiro?
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Charly Relaño