En el largo plazo, todas las pymes son Unipersonales

 Los señores R, M y D no se conocen, pero comparten dos temas en común.

El primero es que son o han sido mis clientes, con lo cual pude observar y participar en primera persona de lo que os contaré. El segundo, y nuestro tema del artículo, los tres comenzaron sus actividades con Socios y dentro de los 3 a 5 años de actividad se convirtieron en unipersonales.

 El primer caso, señor R, lo conocí en el año 2006. Una típica PyME familiar, con tres negocios diferentes, industrial, comercial minorista y gastronómico.

 La Dirección general de todos los negocios estaba en manos de R y su esposa, y cada uno de sus dos hijos llevaban operativamente uno de los locales/fábrica. Completaba la sociedad el Economista de la familia, quien había asumido el rol de Socio para capitalizar una deuda a su favor del pasado.

 En el año 2008, R había comprado la parte a cada socio/familiar (incluyendo a su esposa) y se alzó como el único dueño de toda la Empresa. Decía, literalmente, que nadie lo entendía, que se le cuestionaba todo y que prefería seguir sólo.

 M es un personaje singular. No le gusta trabajar con personas, prefiere la compañía del ordenador y ha fundado una Empresa de tecnología.

A pesar de no gustarle las personas, cuando lo conocí tenía tres socios activos y sumando otro.

Situación similar, doce años después, al señor R. Nunca validó a sus socios como tales, a la mayoría los valoraba como “buenos empleados” y, sólo uno de ellos, le merecía su respeto profesional.

Exactamente un año después, M es una Sociedad Unipersonal. Si bien había valores compartidos, es muy distinto el propósito de quién tuvo la idea primaria de aquellos que se sumaron posteriormente.

 D es el caso más reciente y desafiante de mis últimos tres años de profesión. Cuatro años después de fundar una Empresa con tres socios más, hoy se perfila para quedar como una sociedad unipersonal y otorgarle al resto de los socios puestos jerárquicos, pero como empleados. Lo he escuchado decir a sus socios, Ustedes no me sirven, no tienen idea de lo que hay que hacer para llegar a donde quiero.

 ¿Qué pasó en estos tres casos y los que existirán en el pasado, presente y futuro? Las pymes son, en el largo plazo, Unipersonales. Las variables que he evaluado en este tiempo han sido principalmente tres, MISIÓN (propósito), VALORES y RIESGO.

Misión, el propósito

Quien funda una PyME tiene una MISIÓN que suele estar asociada a su pasión, sea industrial, comercial, un servicio, nueva tecnología. Es algo que al empresariado pyme le apasiona en su vida y lo lleva a un entendimiento económico y no una propuesta de valor hacia terceros como, en general, se conciben los negocios modernos.

 El top tres de las respuestas de mis clientes han sido: •Es lo que me apasiona, me gusta hacerlo •Quiero ganar dinero, pero no es lo más importante, lo más importante es la actividad. •Es lo que mejor me sale hacer, creo que no sé hacer otra cosa mejor.  

Valores, el Estado soy yo

Los valores principales no vienen asociados al dinero per se, sino que están más asociado al reconocimiento externo e interno de la dueña o el dueño de la Empresa.

L’État, c’est moi (El estado SOY YO) Esta frase es atribuida por los historiadores a Luis XIV, el joven Rey de Francia que, se dice, en el año 1655 se dirigió de esta manera al Parlamento.

No se sabe a ciencia cierta la veracidad de la frase, lo que sí puedo asegurarles que es un VALOR para empresarias y empresarios pymes que he conocido a lo largo de mi carrera.

La figuración que la Empresa existe porque ellas/ellos existen, el sentido de no trascendencia y la unilateralidad en la toma de decisiones. Para validarlo diariamente cargan con una cantidad de operación que no permitiría continuar la existencia de la Organización sin ellas o ellos.

Es un totalitarismo de la verdad y del camino a seguir, el resto acompaña, sean socias/os, empleados, proveedores, clientes, en definitiva, cualquier que interactue con la organización. Y quienes no operan, interrumpen, desordenan, crean un caos para resurgirse como héroes de su propia Empresa.

Riesgo, quién paga las consecuencias

 Aquí quizá la medida más objetiva que he encontrado en este camino. Si bien las organizaciones suelen tener varios socios, el capital suele desprenderse de uno de ellos, que arriesga su patrimonio y su flujo de ingresos futuros, como dijimos antes, al parecer no sabrían hacer otra cosa.

El empresariado pyme no suele tener una visión inversionista de los negocios, tiende más bien a una visión operacional y de creación de productos y servicios, no de maximización de las ganancias. Es por ello por lo que, en ocasiones, se asumen riesgos cuya rentabilidad no acompaña en términos duros de finanzas corporativas.

Si la socia o el socio de este empresariado tiene el rol inversionista, se dificulta poder “pagar” la rentabilidad exigida porque el riesgo que se asume es más emocional que empresarial.

 A mi entender las pymes serán, en el largo plazo, siempre Unipersonales. El desafío que asumo como consultor no es provocar, invitar, guiar al empresariado a tener socios en la Empresa, sino a tener alianzas estratégicas en la cadena de valor y colaborar en el proceso de toma de decisiones, con voz, pero sin voto.

Como describiera en mi artículo ¿Ser PyME significa soledad en las decisiones? el desafío es lograr posicionarse como un Directivo Independiente, en el cual el empresariado pueda hacer espejo de sus pensamientos y análisis y, al escucharse, volver a repensar las decisiones.

Con esa práctica de escucharse, también se entrena en el arte de escuchar a la cadena de valor, interactuar más con proveedores y clientes, tener una mesa de confianza interna, representar al Empresa hacia afuera. Dejo, entonces, planteada la pregunta ¿Puede el empresariado PyME tener Socias y Socios? Seguramente existen cientos de casos contrapuestos a este artículo, como siempre es una invitación a reflexionar y no una sentencia de verdad. Espero con anhelo sus reflexiones.

Pablo Blanco Cabirta PMB Group

La importancia del interés compuesto para el ahorrador

Con unas expectativas de retorno tan bajas para la renta fija, quien esté ahorrando para su jubilación deberá repensar su estrategia si está cimentada solo en bonos o renta fija.

El entorno de bajos tipos de interés convierte en perdedores a casi todos. Ahorradores, pensionistas, aseguradoras, inversores que buscan diversificación, bancos centrales y hasta a la renta variable. Las reglas del mercado han cambiado y su estrategia también deberá hacerlo.

¿Por qué es tan importante ser consciente del efecto del interés compuesto?

Históricamente, era el ‘milagro’ de la reinversión. Con una cartera tradicional de un 60 por ciento en renta variable y un 40 en renta fija corporativa de 1996 a 2016 habría conseguido un retorno del 6,1 por ciento anual en Europa. 

Con el efecto de los intereses sobre el dinero reinvertido, habría podido duplicar su dinero en menos de 12 años. Incluso limitándose a bonos de alta calidad, como los bunds ( 3,6 por ciento anualizado) habría logrado esa meta en unos 20 años.

¿Qué pasa hoy en día? Que las expectativas a partir de 2016 en estos activos son del 0,5 por ciento. En una década, invertir esos mismos 100 euros le devolverá 105,11. Tardaría 140 años en duplicar sus ahorros.

Que los retornos vayan a ser bajos es algo que un inversor puede entender y aceptar, pero pocos comprenden el impacto del interés compuesto en su patrimonio final.

¿Quién pierde en este escenario?

Los ahorradores. Como ‘norma’ una cesta de activos orientados a la jubilación debería equivaler el 60 por ciento del salario real para mantenerse desde los 70 a los 85 años, pero ya nos topamos con el primer problema. la longevidad.

La longevidad requiere que se ahorre significativamente más que este mínimo. Además, con unas expectativas de retorno del 2 por ciento, una persona de 40 años deberá ahorrar más del 20 por ciento de su salario anual para tener una jubilación digna. Si tiene pensado vivir hasta los 100 años, igual deberá plantearse mudarse a casa de sus hijos.

 ¿En qué punto se encuentra la renta fija?

Los niveles actuales de los bonos están descontando una inflación nula. Los inversores, en este punto, prácticamente aceptan una pérdida garantizada. Lo malo es que los tipos han tocado fondo y es la caída no el hecho de que sean bajos lo que crea valor. Hemos llegado a un nivel donde los bancos centrales se están quedando sin munición.

Con este panorama que se nos dibuja, ¿quedan motivos para seguir teniendo renta fija en cartera?

Los hay. Se está complicando cada vez más formar argumentos a favor de los bonos gubernamentales en una cartera, especialmente los alemanes o japoneses, tanto como por las valoraciones como por su habilidad para cubrir el riesgo.

Más allá de por razones regulatorias del fondo en sí, las justificaciones son cada vez más forzadas. Pero no es el único tipo de renta fija,  la deuda corporativa es un segmento con bajas expectativas de impagos, en parte por el bajo nivel de tipos nominales y reales de interés.

También podemos mirar hacia los mercados emergentes, que se beneficiarán de las reformas estructurales necesarias y que les será más fácil llevar a cabo en un entorno de tipos casi nulos. Hay bastantes oportunidades que aún ofrecen precios razonables.

¿Es un precio justo a nivel relativo lo máximo a lo que se puede aspirar en renta fija?

En términos relativos, diría que están un poco mejor que «justos», pero en términos absolutos, las rentabilidades no son extraordinarias. Es difícil esperar grandes retornos de un fondo de renta fija, y es algo que probablemente se extienda a varias clases de activos.

Mi consejo sería: seleccione con cuidado, rote entre distintos activos descorrelacionados a lo largo del ciclo e intente rascar algo de valor captando ‘alpha’. Así que no, creo que sigue habiendo valor en la renta fija, solo que no con retornos a los que estábamos acostumbrados.

Esa es una frase que se lleva repitiendo en cada comienzo de los últimos años y luego es de las mejores clases de activos. ¿Cuándo llegará el punto de inflexión?

Sí es cierto que ha sido un argumento durante años y los tipos han estado bajos bastante tiempo., pero no han estado en un punto donde la mitad de los bonos gubernamentales del mundo ofrecen rentabilidades negativas.

Creo que ya estamos en un nivel donde los responsables políticos no tienen margen para seguir bajando los tipos mucho más. Y los mercados de deuda están descontando nula o casi nula inflación para más de una década.

 Diría que son niveles que se están forzando. Pero incluso si no es así este año -y hay que recordar que 2016 fue  un año fenomenal para casi cualquier segmento de la renta fija-  sigue siendo robar al futuro a favor de ganancias en el presente.

Veo difícil determinar el momento de esa reversión a pesar de estar cerca de el.  Los mismos factores que han presionado a la baja los tipos, persisten hoy en día. Simplemente habrá gente que deje de comprar bonos con rentabilidades negativas y ya lo estamos notando en el flujo de fondos.

¿Se está posponiendo lo que inevitablemente tiene que pasar? una subida de las rentabilidades en los bonos

Los bajos tipos de interés reflejan el hecho de que el precio del dinero aún está muy alto a nivel global. Con esto me refiero a que los ahorros deben equivaler a la inversión.

 Aún no hemos visto la demanda de crédito remontar en áreas como la deuda corporativa, algo que se anticipaba. Lo poco que hemos visto es anímico.

Se podría argumentar que es un tema puramente de los bancos centrales distorsionando los mercados, pero creo que es demasiado simplista. Si fueran precios completamente falsos, los demás agentes del mercado ya hubieran actuado.

Seguiremos viendo bajos tipos de interés un tiempo, pero, al final del día, estamos encaminándonos hacia una normalización.

¿Qué está frenando esa demanda de crédito por parte de las empresas?

Son varios temas. Primero, porque por lo general no tienen la sensación de que les haga falta. Tienen suficiente flujo de caja libre para incrementar su dividendo o invertir en capex.

Hemos visto un crecimiento explosivo en China y en la India que ha aumentado la capacidad global a un nivel más que suficiente para los manufactureros. Se trata de la sobrecapacidad después de años de sobreinversión en muchos emergentes.

Hay partes de esas economías demasiado apalancadas. Aunque la prima es muy baja, no acuden al mercado. Esto es  lo que ha frenado a los mecanismos tradicionales de generación de crédito y es por lo que no tenemos inflación. Y por ello los tipos se deben mantener bajos.

Josué Rivera.

Fortalecimiento del sistema inmunológico

Todos hemos oído hablar alguna vez de nuestro sistema inmunológico, pero ¿qué es exactamente y por qué su cuidado y fortalecimiento es tan importante para nuestro organismo?

Podemos definir como sistema inmunológico, sistema inmunitario o sistema inmune como el conjunto de estructuras y procesos biológicos en el interior de un organismo que le permiten mantener la homeostasis o equilibrio interno frente a agresiones externas, ya sean de naturaleza biológica (virus o bacterias) o fisio-químicas (contaminantes o radiaciones), e internas (por ejemplo, células cancerosas).

Existen dos tipos de sistema inmunológico:

  • El innato o natural:  es la primera línea de defensa. Lo componen células y mecanismos que nos protegen de la infección por otros organismos, aunque no de forma no específica. Es decir, que atacan a los diferentes patógenos o agentes infecciosos de igual manera.
  • El adquirido o adaptativo:  entra en acción cuando falla la inmunidad innata. Elabora una respuesta específica para cada agente infeccioso y la guarda generando una memoria inmunitaria que proporciona una respuesta mejorada a ataques posteriores con ese mismo patógeno específico. Este proceso de inmunidad adquirida es la base de la vacunación.

En esta primera línea de defensa que comentábamos se encuentran las barreras físicas y químicas, como son la piel y las mucosas (nasal, lagrimal, intestinal, etc.), sus secreciones (pH ácido del estómago, lisozima, y otros componentes antibacterianos del sudor y otras secreciones) y la flora microbiana autóctona protectora. Si estas barreras son atravesadas por agentes extraños (bacterias, virus, parásitos, hongos, levaduras, pólenes, proteínas alimentarias, toxinas, células cancerígenas, etc.) entra en juego el sistema adaptativo propiciando esa respuesta más específica.

Para comprender mejor cómo funciona el sistema inmune os animamos a ver este vídeo donde lo explica:

Protección del sistema inmunológico

Como habéis podido ver, el sistema inmunitario o inmunológico desempeña un papel fundamental frente a las enfermedades, pero en ocasiones este sistema falla por diferentes tipos de causas que pueden ser agrupadas en tres categorías:

1.Inmunodeficiencia: El VIH (virus de inmunodeficiencia humana) destruye gradualmente el sistema inmunitario al atacar y destruir los linfocitos CD4, un tipo de glóbulos blancos que desempeñan una función importante en la protección del cuerpo contra la infección. El VIH emplea el mecanismo de los linfocitos CD4 para reproducirse y propagarse por todo el cuerpo.

2. Autoinmunidad: se produce cuando el sistema inmunitario ataca a las células y tejidos sanos de su cuerpo por error.

3. Hipersensibilidad: entre ellas están las reacciones alérgicas.

Entonces, aunque nuestro organismo cuenta con dos potentes sistemas inmunológicos (el innato y el adquirido) puede perder su fortaleza ante algunos ataques que hacen peligrar nuestra salud y nuestro bienestar por lo que debemos conocer cómo podemos fortalecerlos.

Uno de los principales medios para protegerlo es una alimentación equilibrada que contenga todos los nutrientes en su justa medida: grasas, hidratos de carbono, proteínas, vitaminas y minerales, además de otros nutrientes complementarios como las siguientes vitaminas presentes en:

 A: derivados de la leche.

C: verduras, frutas y hortalizas.

E: los cereales.

El hierro: en algunas carnes, huevos y pescado.

Cinc y selenio: en casi todos los alimentos.

Las vitaminas y los minerales son sustancias imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo porque intervienen en numerosas reacciones metabólicas. A pesar de que no aportan energía se necesitan en cantidades mínimas y es imprescindible que se tomen por medio de los alimentos.

También, y como ya es sabido, la práctica de ejercicio físico es un modo de fortalecer el sistema inmune. Se recomienda elegir un tipo de actividad deportiva en la que intervengan todos lo músculos y articulaciones del cuerpo como la natación o el ciclismo. Además, el ejercicio realizado deberá ser adaptado a nuestras características.

Hasta aquí es algo que posiblemente ya hayáis escuchado en con anterioridad, por eso queremos hablaros hoy de una forma no tan conocida de cómo podemos fortalecer vuestro sistema inmunitario y es con mindfulness, más concretamente con la meditación.

Regeneración y meditación

En su libro “por qué el mindfulness es mejor que el chocolate”, David Michie y otros investigadores llegaron a la conclusión de que la meditación ayuda a reducir la hipertensión y ralentiza el impacto de la arterioesclerosis.

Además, ayuda a reducir el estrés, que como ya explicamos en el post anterior, sitúa al organismo en una posición de alarma segregando cortisol y adrenalina lo que conlleva una disminución de las endorfinas. Las endorfinas se las conoce como las hormonas de la felicidad, que aparte de actuar como analgésico natural de nuestro cuerpo y aportarnos estados de ánimos más positivos, también hace de neurotransmisor (molécula que permite la transmisión de información desde una neurona hacia otra neurona, una célula muscular o una glándula) encargado de proteger nuestro sistema celular de organismos extraños.

Al mismo tiempo, la meditación también es una potente herramienta de regeneración de la melatonina, que un antioxidante cuya misión es impedir la destrucción de las células. Meditar propicia igualmente la producción de DHEA (dehidroepiandrosterona), un esteroide fundamental para el sistema inmune, que es un neurotransmisor que regula el estado de ánimo, el apetito, el sueño, la líbido y ayuda a contrarrestar los factores que producen el envejecimiento.

Por otra parte, la meditación puede paliar el estrés cognitivo y estimular los estados positivos de la mente al reducir los pensamientos rumiantes negativos y la actividad de la amígdala cerebral, una parte de nuestro cerebro emocional, que es la responsable de la activación del miedo en nuestro organismo (Elisabeht Blackburn, 2009).

En conclusión, por todo esto que os acabamos de contar y por los innumerables estudios científicos que demuestran los beneficios de la meditación (sea mindfulness o de otro tipo), os animamos a que empecéis cuanto antes en el arte de esta disciplina, que más que una técnica es una filosofía de vida.  Notaréis que con 10 minutos al día bastarán para mejorar vuestra calidad de vida.

Cada día sin meditación es una oportunidad menos que nos damos para vivir mejor y durante más tiempo. Empieza hoy mismo.

Jessica Pedrero

Se repiten las dificultades…

Hoy vuelvo a mirar el panorama, y de nuevo me parece que no se escucha lo que necesita la gente, que nos llevan por donde quieren, como un rebaño..

Hay unos seres “superiores” que controlan el mundo y no nos queda más remedio que asumirlo, porque les da exactamente igual lo que sea del resto.

El sistema esta montado de tal manera que no hay escapatoria. Nos movemos enmarcados por una serie de normas y reglas que se nos imponen desde que nacemos y tenemos que bailar esa música sin pensar si es o no la que se debe bailar, pero hay que bailarla. Esta metáfora es un ejemplo mas de que ni siquiera se puede ser claro a la hora de opinar y menos aún por escrito, no sea que alguien, con el poder de dañar, se entere y pueda tomar represalias por tener librepensamiento.

Pagamos a las personas que nos dirigen con tiempo y/o dinero. Desde los dirigentes políticos a los propietarios de las grandes empresas. Nuestras vidas son de su propiedad, aunque no lo creamos, porque la esclavitud se abolió oficialmente hace mucho tiempo.

La pandemia nos ha limitado aun más si cabe. Hasta ahora eran normas y leyes nacionales o internacionales que aparentemente nos daban cierta libertad, al menos en algunos países más suertudos.

Ahora ha llegado un momento en el que no tenemos libertad para salir de nuestra casa, ni acudir a nuestros negocios o empleos. Tenemos que correr el riesgo de contagios y el riesgo de perder el trabajo o la clientela. O el riesgo de ser sancionados.

Parece que siempre se deba elegir entre lo malo o lo peor. No es políticamente correcto perder la esperanza o la alegría. Y entonces llega el sentimiento de culpa mezclado con el miedo y nos provoca un colapso mental que no deja pensar con claridad.

Nos movemos por las noticias que oímos en los medios de comunicación, que son tan diversas y sorprendentemente diferentes como las personas que nos las hacen llegar. Estamos inmovilizados mentalmente y nos cuesta tomar las decisiones acertadas. Cada uno actúa según su experiencia personal y es su propio conejillo de indias. Hagas lo que hagas, algo vas a hacer mal, seguro.

Si verdaderamente este virus es tan enormemente peligroso y resistente, porque no se ponen de acuerdo todos los gobernantes del “Mundo” y meten a absolutamente toda la población 15 días seguidos en casa. Incluidos los políticos, reporteros, médicos, todos. Con un banco de alimentos para aquellas personas que no tienen nada que llevarse a la boca porque viven literalmente al día. Que esas personas no tengan que propagar el virus, y al contrario tengan comida esos días.

Todos los días se tira toneladas de comida a la basura, pero no hay una buena gestión de los alimentos porque no es negocio, realmente. Pero al menos ellos tendrían comida segura esos 15 días y el planeta se limpiaría de esta pandemia. Que tanto daño hace a la economía.

Aquí me detengo a hacer otro análisis.

Este virus hace daño a la economía. ¿A la de quienes?

Hay unos 7.700 millones de personas en el planeta. Si todos tienen que consumir una mascarilla al día de media y, por redondear, sale a mas o menos 1€ cada una, el negocio es un chollo. No merece la pena curar al planeta de este virus. Todos sabemos que hay mascarillas mucho más caras, pero también que no las usamos nuevas a diario, por eso la media de una mascarilla y un euro, no parece tan alocada. Teniendo en cuenta que en hospitales y determinados espacios se usas por horas.

Claro, que también está el deseo de que descubran una vacuna que estaremos encantados en ponernos, una gran mayoría de esa población de 7.700 millones de habitantes. El precio, pueden ponerlo desorbitado, que para algunos que no se la pondrán, otros estarán dispuestos a pagar una fortuna por intentar salvar su vida y la de sus seres queridos.

Nos acomodamos a las nuevas situaciones. Si podemos teletrabajar, ¿para que salir a relacionarnos?, no sea que nos convenzan de que hay que salir, y menudo conflicto interno nos crearía.

Muchos somos los que usamos las nuevas tecnologías permanentemente,  y ya para todo. Así que las empresas que se benefician de este uso, también están siendo grandes afortunadas. Te llevan todo a casa y tu les pagas por ello. Tacita a tacita entre todos los 7.700 millones de personas que hay en el mundo, usando móviles, ordenadores, comprando online, … No es malo para cualquier economía esto entonces.

Hay que tener esperanza. Con un poco de suerte cualquier paisano de a pie, se puede convertir en una persona de negocios. No se donde se reparten los cromos, pero lo mismo llegando a conocerlos de cerca nos demos cuenta de que generosos son y de que están dispuestos a compartir todo con los demás. Como son los más listos, también pueden decidir ser los más generosos.

Querido rebaño

No se os ocurra salir a trabajar a no ser a casa de estos generosos personajes. Solo teletrabajar, comprar online, reuniros por las cámaras, solo el tiempo de la reunión sin llegar a hacer debates que no llevan a ninguna parte, escribir con los móviles todos vuestros pensamientos e ideas, sentiros culpables si os saltáis alguna de estas normas, y además acusad al resto de saltárselas, sin piedad y con escarnio público utilizando las nuevas tecnologías que llegan más lejos.

Si os hacen un seguimiento de 15 días después de haber dado negativo en Covid-19 varias veces, no penséis mal, es solo por vuestro bien. Y de paso sirve para pagar un sueldo a los encargados de inspección y vigilancias del cumplimiento.

Si en el resto de países del mundo no hacen pruebas y en este sí, es para asegurarse de que estamos en los niveles mas altos de contagio. Si los demás no quieren saber cuantos contagiados tienen, será su problema, pero nosotros conseguimos el record, y esto saldrá en todos los medios para que quede constancia histórica.

Esta mañana he recibido un mensaje que decía: el Gobierno podrá intervenir tu cuenta de WhatsApp o Telegram por problemas de orden público”.

Querido rebaño: poner todas vuestras opiniones en WhatsApp y Telegram. Espero que tengáis las opiniones acertadas.

María Álvaro

Sobre amenazas y oportunidades

Son tiempos inciertos, no cabe duda. Lo único seguro es que no hay nada seguro, pero no hay nada nuevo bajo el sol.

En nuestra vida nos hemos enfrentado ya, seamos conscientes de ello o no, a múltiples situaciones en las que nuestra percepción, nuestra forma de ver las cosas ha determinado si se trataba de una amenaza o una oportunidad y en consecuencia a eso hemos decidido y actuado o nos hemos bloqueado y lo hemos dejado pasar.

No decidir es también decidir, si no decido hacer algo estoy decidiendo no hacerlo, ¿pero soy consciente de ello?).

La bipolaridad a la que estamos acostumbrados, el bien o el mal, el dolor o el placer, el amor o el odio… nos hace pensar que siempre hay sólo dos opciones para nuestra elección: blanco o negro. Y dejamos pasar la multitud de colores que hay entre ambos.

Es cierto, si, que están en la misma escala, en la misma línea, donde el blanco, están todos los colores juntos y el negro, la ausencia de color, pero ¿te imaginas una vida sin colores por pensar que sólo existen el blanco y el negro?

Con las circunstancias de la vida ocurre lo mismo, hay una determinada situación que, a priori, parece igual para todos (aquí entran nuestras creencias, que si los ricos lo tienen más fácil, que si en mi país es diferente, que si los hombres o las mujeres tal y tal…) y esa situación va a determinar una realidad. Mi realidad, que está compuesta por diversas cosas, principalmente, de nuevo, mis creencias, que sólo pueden ser de dos tipos (ahora si bipolar) limitantes o potenciadoras. Y es que vivimos con un filtro, con una “mascarilla” que deja entrar solo aquello que nosotros mismos percibimos que puede ser posible para mi, en este momento. Y con la misma sensación de la “mascarilla” vivo mi vida angustiado, pensando que me falta el aire, con dificultad para todo, especialmente para darme cuenta de que mi realidad no es la realidad. 

Hasta que no esté dispuesto a quitarme ese filtro, esa “mascarilla”, no seré capaz de respirar al 100% de mi capacidad. No seré capaz de ver los acontecimientos tal y como son, sólo acontecimientos que van pasando.

Todo depende de mi, de mis decisiones o de mi ausencia de estas. Hay una gran frase que dice “lo peor que puedo hacer es no hacer nada por pensar que puedo hacer poco”.

A partir de ahora te reto a que ante cualquier acontecimiento, dejes el papel de víctima, de creer que todo te pasa a ti o de pensar que “mal de muchos consuelo de tontos”. La realidad que te espera es la que tu creas, y lo que crees lo creas. Ante un suceso deja de ver la amenaza, deja de pensar en todo lo malo que puede pasar y empieza a ver la oportunidad, todo lo bueno que puede pasar.

Te aseguro que este sencillo ejercicio mental va a suponer un antes y un después en tu día a día y por supuesto en tu vida.

Si hay algo que ha cambiado mi forma de ser y mis resultados es empezar a pensar ¿para qué? me pasan las cosas y dejar de torturarme en el ¿por qué? me pasan.

Sé libre, no permitas que nadie piense por ti. No dejes que las limitaciones de otros determinen tu vida y la de los tuyos. Ahora es el mejor momento para ver las oportunidades y, si hace falta, volver a intentarlo.

“El momento más oscuro de la noche ocurre justo un momento antes del amanecer, y te prometo que el amanecer está llegando” Thomas Fuller.

Charly Relaño